Las empresas están buscando mejorar y competir en un mercado cada vez más globalizado. Para ello, es necesario contar con herramientas que les permitan medir su desempeño y tomar acciones correctivas en caso de ser necesario.
Una de estas herramientas es el mapa estratégico del balanced scorecard o cuadro de mando, el cual tiene como objetivo medir la consecución de las metas estratégicas trazadas por la empresa. En este artículo vamos a explicar qué es un balanced scorecard, para qué sirve y los beneficios para las empresas entre el aprendizaje y crecimiento.
El balanced scorecard es una herramienta de medición del desempeño de los objetivos estratégicos, que se apoya en el análisis de distintos indicadores relacionados con la estrategia de la empresa. Esto permite a los directivos y ejecutivos tener una visión general del rendimiento y poder tomar decisiones informadas acerca del desempeño en los procesos internos.
El Balanced Scorecard es útil para las empresas porque les permite entender cómo va el negocio, evaluar los resultados hasta el momento y determinar si están cumpliendo con sus objetivos estratégicos.
El sistema de Cuadro de Mando Integral (CMI) ha sido ampliamente promovido y utilizado por organizaciones de todo el mundo desde que Robert Kaplan y David Norton comenzaron a hablar de él en 1992.
En la actualidad, se estima que el 60% de las grandes empresas han incorporado el Balanced Scorecard BSC a sus proyectos de gestión estratégica, debido en gran parte a sus excelentes resultados.
Asimismo, Warner Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo, popularizó el Balanced Scorecard al mencionar que el objetivo clave de un negocio es ganar dinero. Sin embargo, para conseguirlo hay que tener en cuenta muchas cosas, como la satisfacción del cliente, el desarrollo de nuevos productos, etc.
El balanced scorecard te ayuda a llevar el control de toda esta información y así poder tomar mejores decisiones.
“Insisto en dedicar mucho tiempo, casi a diario, simplemente a sentarme y pensar” – Warren Buffett
Esto se basan en las perspectivas del balanced scorecard de aprendizaje y crecimiento:
En general, el panel prospectivo o Balanced Scorecard se utiliza más en las grandes y medianas empresas. Además pone orden en la formulación de la visión y su implementación. ¡El BSC es una buena oportunidad para que las pequeñas empresas también se posicionen de forma más orientada al futuro! En concreto, el panel de control prospectivo ayuda a convertir los objetivos estratégicos en medidas operativas.
A menudo, los gerentes buscan rápidamente los famosos indicadores de rendimiento sin siquiera tener una estrategia y mucho menos objetivos de aprendizaje y crecimiento.
Cuando se decide implementar un sistema de medición del rendimiento (balanced scorecard u otro), no se trata simplemente de completar los modelos de los indicadores, sino de obtener gradualmente una comprensión profunda de cómo la empresa logra crear valor.
El Balanced Scorecard expone los principios de la gestión del rendimiento equilibrando 4 ejes o perspectivas: la perspectiva financiera, la perspectiva del cliente, la perspectiva del proceso interno y la perspectiva del aprendizaje organizativo.
Posteriormente, los dos autores de referencia, R. Kaplan y D. Norton, han evolucionado notablemente el concepto de balanced scorecard o cuadros de mando prospectivos en la medida del rendimiento.
Esta perspectiva proporciona información sobre la situación económica de la empresa. Aquí se persiguen tres objetivos principales: Crecimiento de los ingresos, reducción de costes y utilización de activos.
Las cifras clave más sencillas en este sentido son, por un lado, las tasas de crecimiento de los ingresos y los potenciales de reducción de costes, así como el porcentaje de inversiones en ingresos.
El objetivo de cualquier estrategia es garantizar a largo plazo una remuneración satisfactoria del capital comprometido. Los indicadores financieros, orientados a la medición de la rentabilidad, como el retorno de la inversión, el superávit bruto permiten evaluar el rendimiento de las acciones emprendidas en el pasado.
La mejora de la rentabilidad del cliente es un paso obligado para todas las formas de crecimiento. Ya sea mediante un aumento de los ingresos generados por cada cliente y por segmento, o por un aumento de la base de clientes, hay que buscar todas las pistas.
Los indicadores de este eje suelen estar orientados a la evaluación de la satisfacción y la fidelidad de los clientes, la medición del aumento de la clientela y el aumento de la rentabilidad por cliente.
En este caso tienen una enorme influencia en la satisfacción del cliente y, por tanto, en el objetivo de la empresa.
La calidad de los servicios prestados a los clientes depende directamente del rendimiento de los procesos. Es importante identificar los procesos clave que pueden mejorar la oferta y, en consecuencia, la rentabilidad de los accionistas.
Esta categoría abarca todos los procesos que contribuyen estrechamente a la creación de valores sin omitir los procesos de ciclo más largo como los relacionados con la innovación.
Por ejemplo, ¡se pueden identificar nuevos procesos de los procesos en los que nadie piensa conscientemente! La capacidad de innovación de una empresa aumenta considerablemente.
Además, la optimización de los procesos empresariales existentes aún tiene que avanzar. Las cifras clave aquí son la calidad, el tiempo de respuesta, los costes y el porcentaje de ventas de los productos recién introducidos.
La atención se centra en las personas, los sistemas y los procesos. ¿Cómo alcanzas tus objetivos? Forma mejor a tu personal, invierte en sistemas de información relevantes y alinearlos con los procesos esenciales.
Las medidas importantes se sitúan principalmente en el ámbito social, como la satisfacción, la lealtad y la productividad de los empleados. Además, el acceso a los sistemas de información es de interés.
Si has decidido implementar un sistema de medición del rendimiento en tu empresa, debes tener en cuenta que el diseño del mapa estratégico te facilitará enormemente la tarea.
En general, hay varios métodos para establecer un sistema de medición del rendimiento. La clave es, en primer lugar, es lograr continuamente una mejor comprensión de cómo se traduce la estrategia de la empresa en resultados y palanca de éxito.
También se necesita formular los objetivos estratégicos y las cifras clave asociadas en las respectivas perspectivas. Ahora viene la tarea más importante en la implementación de un panel prospectivo: la creación de un mapa estratégico. O metafóricamente hablando: abrimos el mapa y nos preguntamos no sólo a dónde va el viaje, sino también qué camino tomamos.
El mapa estratégico es una representación de las relaciones de causa y efecto. Conecta los puntos de vista entre sí y entre sí. Cada punto de estrategia requiere una razón para la acción dirigida y una razón para implementarla.
Gracias a la información del mapa estratégico, comunicas de forma más sostenible a tus colaboradores lo que esperas de ellos y qué estrategia persiguen cada uno.
Así, el panel prospectivo es más que un simple sistema arbitrario de cifras clave: el mapa estratégico revela los vínculos que existen en la estrategia entre empleados, clientes, procesos, potenciales, perspectivas, etc.
1. Muestra las relaciones y las dependencias en el sistema y aclara los efectos sobre las medidas.
2. El mapa estratégico también sirve como plan de trabajo aproximado. La claridad de las interrelaciones entre los objetivos de la perspectiva respectiva favorece la conciencia de los departamentos sobre quién deben trabajar juntos y de qué manera.
Un mapa estratégico acompañado de documentación de apoyo puede incluir todos los detalles necesarios para una ejecución eficaz de la estrategia. Para obtener todos los beneficios, asegúrate de que tu equipo conozca cómo leer los cuadros.
Un panel de control equilibrado correctamente diseñado funciona como una excelente base para discutir los desafíos comerciales y cómo la empresa los responderá.
¿Tiene alguna idea o reto que discutir? Muestra dónde se encuentra en el mapa estratégico cómo puede contribuir a otros objetivos o acciones del mapa.
Uno de los retos de la gestión del rendimiento es que las partes interesadas deben comprender el contexto empresarial. No basta con establecer objetivos ambiciosos, hay que explicar el por qué y el cómo.
El panel prospectivo tiene una base sólida para explicar este contexto:
• El contexto de los objetivos en el mapa está definido por los vínculos de causa y efecto, así como por los temas estratégicos.
• El contexto de las medidas se define “por diseño” porque todas las medidas se alinean con ciertos objetivos comerciales.
• Lo mismo ocurre con las acciones: todos los planes de acción tienen un contexto definido por objetivos comerciales y son medibles mediante medidas de rendimiento alineadas.
En este sentido, el panel prospectivo simplifica la recopilación de datos, ya que sus datos científicos saben qué datos necesita (la definición del KPI) y las razones que los subyace (el objetivo comercial alineado).
Las desventajas de muchas herramientas empresariales son que solo funcionan en un nivel de abstracción.
Es posible que tenga su lista de objetivos (nivel operativo), pero no están relacionados con la misión de la empresa o no se cuantifican fuera de la caja.
En este sentido, el panel de control prospectivo está más respaldado porque permite trabajar en tres niveles de abstracción:
1. Misión y visión
2. Prioridades o temas estratégicos
3. Objetivos (cuantificados por indicadores)
4. Nivel de acción (iniciativas y planes de acción)
En resumen, el mapa estratégico Balanced Scorecard es una herramienta útil para la planificación y organización de los objetivos, las metas y los proyectos de toda empresa. Esto ayuda a priorizar hasta qué punto serán atendidos los clientes, el rendimiento del proceso o el potencial empresarial dentro de un negocio.
Si necesitas un espacio para elaborar, revisar o presentar el Balanced Scorecard (BSC), una sala de reuniones es la opción ideal. ya que presentar el BSC pone a prueba la capacidad de los miembros del equipo para controlar y administrar el proceso.
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